Marco Antonio Solís: todos los secretos detrás del éxito de “El Buki”
This article appeared in instantlymodern.com and has been published here with permission.Después de escuchar las canciones de Marco Antonio Solís posiblemente pienses que el cantante ha tenido una vida tranquila y llena de romanticismo, pero nada puede estar más alejado de la realidad. “El Buki” ha estado inmerso en más escándalos de los que puedes imaginar, y su vida ha tenido más drama que romance. En esta entrada te contaremos todo sobre este baladista, desde sus grandes amores hasta las desgracias que marcaron su vida.
De payaso a cantante
¿Puedes imaginarte a Marco Antonio Solís con una nariz roja y unos zapatos gigantes? Pues, por poco no tendrías que imaginarlo. Cuando era niño el deseo de Marco no era ser cantante, el chico lo que quería era ser payaso, o en su defecto un humorista.
Poco a poco sus gustos fueron cambiando y por suerte se fue inclinando hacia las artes musicales. No sabemos si Solís es bueno con los chistes, pero estamos seguros de que la música es lo suyo.
Marco, el repartidor
Al igual que muchos otros artistas, Marco Antonio no nació en una cuna de oro, por el contrario, viene de una familia bastante humilde. Sus padres no contaban con los recursos para mantener a sus cuatro hijos, así que desde muy pequeño Marco tuvo que trabajar.
Casi siempre conseguía trabajo como repartidor de periódicos o de supermercados, pero también llegó a destacarse como reparador de neumáticos y hasta como vendedor. Desde muy pequeño Solís supo lo que era trabajar para poder comer.
Canto a Dios
Luego de trabajar como repartidor y como reparador de neumáticos, Marco buscó nuevos rumbos en su juventud. Aunque su idea principal era viajar, ese plan se frustró, y entonces decidió convertirse en seminarista de una escuela salesiana.
La aventura religiosa de Solís duró nada menos que tres años, y fue ahí donde terminó de afirmar su pasión por la música. Tal vez si se hubiera quedado en la escuela sería el mejor corista de iglesia del mundo.
Rienda suelta a su pasión
A los nueve años Marco desarrolló una fuerte pasión por la música. Ya su sueño no era ser payaso, sino ser un cantante reconocido. El chico comenzó a escribir algunas letras y a practicarlas con su primo, quien también soñaba con ser músico.
Poco a poco ambos se dieron cuenta de que realmente tenían talento, por lo que decidieron arriesgarse y formar un dúo musical que más adelante sería conocido no solamente en México, sino en toda América Latina.